¿Alguna vez te has preguntado como hubiese sido la vida si tú
no hubieses llegado a existir?
¿Qué sería de tu alrededor si tu no estuvieses? ¿Habría
cambios? o ¿todo sería igual?
En ese momento es cuando ves la importancia que tienes en
los demás, las huellas que has dejado en el camino, las vidas que has cambiado,
lo que has unido, lo que has arrebatado.
La vida es como el océano, larga, oscura y profunda. Nadie
tiene certeza de cuando llegas a la orilla, cuando termina el trayecto, la vida es
callada, dolorosa, injusta. Aclarada por
el tiempo, el destino, y el amor.
No pienses en lo que pudo ser y no fue, no pienses algo que
no existe, que ya no tiene arreglo. Esa taza
rota, solo son marcas de inseguridad.
Dicen que dejamos este mundo como vinimos, desnudos y solos,
con los ojos cerrados, ciegos, para tener tranquilidad.
No preguntes al mañana por el ayer, no revivas el ayer para
esconderte del mañana. No dejes pasar el ahora por la angustia del no saber.
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