Y
aquí estoy una vez más, contemplando el crepúsculo, un día que termina y que ya
no volverá.
Miro
al horizonte y pienso que me he perdido, que no volveré a tener o en lo que ya
no haré.
Me
consumo lentamente a cada paso de las horas, pero sin embargo siento que mi
reloj se ha parado, congelado en ese día que ya no volverá.
Sola
en ese sofá, espero su llegada, lenta, tediosa y oscura, pero algún día se
presentará.
Miro
mi reflejo en ese espejo, y veo consumida mi vida.
Miro esos ojos que han visto de todo, cosas que quiero recordar y no puedo, otras que desearía olvidar. Personas que han pasado por mi vida, unas a las que di demasiada importancia, otras que no debí habérsela dado y algunas en las que ni me fije.
Miro esos ojos que han visto de todo, cosas que quiero recordar y no puedo, otras que desearía olvidar. Personas que han pasado por mi vida, unas a las que di demasiada importancia, otras que no debí habérsela dado y algunas en las que ni me fije.
Cojo
una foto en la que veo a gente detrás, y me imagino sus historias, sus alegrías
y sus pesares.
¿Que
deje en el camino?, ya no importa, no puedo dar marcha atrás.
No
dejare que me envuelva este al de oscuridad, no dejare que me venza antes de
luchar.
No
pasare de largo sin más
No
cavare mi propia tumba y parar el reloj.
Esperaré
la última campanada espada en mano.
Y cuando mi corazón empiece a sangrar, me iré contigo sin
rechistar. En ese momento el reloj dejará de funcionar.