Si despiertas un día y te paras a observar todo lo que hay a
tu alrededor descubrirás cosas que antes nunca llegaste a imaginar.
Todo tu mundo, tu concepción de vida, tu mentalidad, puede
cambiar en una milésima de segundo.
¿Cuánto tiempo necesitas para darte cuenta de que lo que una
vez fue grandioso ya dejar de tener valor?
La realidad es un camino oscuro lleno de reflexiones que
invitan a la naturaleza del ser.
No es demasiado tarde para comprender que es
lo que tienes, eres o quieres.
No es tarde para abrir los ojos y descifrar
todos esos enigmas que rondan en tu cabeza.
El arrepentimiento es un simple traje que viene en todas las
tallas posibles. Como cuando crees en algo que más tarde te ha decepcionado.
A veces
escapamos del remordimiento, para no sentir culpabilidad por lo que hacemos,
para no sentir el dolor, la lastima o el rencor.
A veces combatimos por reconciliarnos con el pasado, y otras
escondemos la culpa, prometiendo cambiar.
Pero nuestros mayores
pesares no son esas cosas que hicimos, si no las que dejamos por el camino, las
que nunca nos atrevimos a enfrentar, que no dijimos, que no pensamos, por la
que no luchamos o las que nunca llegamos a rescatar.
Todo aquello que te puede
cambiar, transformar tu vida, en especial cuando ves el muro que tienes que
atravesar y que se interpone en tu caminar.